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Cambio Climático

Riesgo de «maremoto» en Nepal por el deshielo del Himalaya

Rebelion.org

 



Con un 31% de sus 28 millones de habitantes viviendo bajo el umbral de la pobreza, Nepal se enfrenta indefensa al deshielo del Himalaya, a las sequías, al incremento de los corrimientos de tierra y a una menor productividad agrícola, algo que podría arrastrar a la hambruna a millones de pobres. Un informe de Oxfam advierte de que estos glaciares podrían desaparecer en un plazo de 30 años debido a los efectos del cambio climático.

Funuru Sherpa conoce desde muy pequeño el lago situado sobre su pueblo nativo de Denboche, en las montañas del Himalaya, pero se acuerda de las historias de su abuelo, que le decía que allí arriba, hace 50 años, él no veía más que glaciares.

«Eso prueba que los glaciares del Himalaya están fundiéndose y es, seguramente, porque la temperatura aumenta», comenta este gerente de un cibercafé para turistas de la pequeña ciudad de Lukla, a un lado del Everest.

Los científicos consideran que el glaciar Imja, situado sobre Denboche, retrocede 70 metros al año. Su fundición implicó la formación de un inmenso lago que podría arrasar los pueblos de las inmediaciones si cediera.

El fenómeno no es nuevo: el Centro Internacional de Desarrollo de las Formaciones Montañosas en Nepal (ICIMOD), que estudia desde hace 30 años la coordi- llera del Himalaya, destaca que en muchos países el deshielo de los glaciares comenzó hace siglos. Según su especialista en glaciares Samjawl Ratna Bajracharya, la tendencia, sin embargo, se ha acelerado a una velocidad alarmante con temperatu- ras que en el Himalaya están aumentando «ocho veces más rápido» que en la media mundial.

En Nepal, existen más de 2.300 lagos resultantes del deshielo de los glaciares y los expertos consideran que al menos veinte podrían desbordarse.

De una superficie de alrededor de un kilómetro cuadrado, el lago Imja es el segundo más grande de Nepal y con cerca de 36 millones de m3 de agua, representa claramente la mayor amenaza de inundación para el país.

La cuestión tiene especialmente preocupado al montañero nepalí Apa Sherpa, que tiene el récord de ascensiones (19) al Everest. En 1985, perdió su casa y su explotación después de que el lago Dig Tsho cediera, provocando una gigantesca ola que descendió por la montaña. Siete personas fallecieron en la inundación y fueron destruidos varios puentes, viviendas y una central hidráulica.

«El cambio climático es para mí una cuestión personal», resume el alpinista, que dedicó su última expedición a intentar hacerles tomar conciencia del impacto climático a las poblaciones que viven en las montañas.

El número de personas afectadas por el riesgo de desbordamiento de lagos resultantes de los glaciares es aún dudoso, pero los expertos estiman que las inundaciones podrían alcanzar los llanos de Nepal e incluso más allá.

El secretario de Estado nepalí de Medio Ambiente, Uday Raj Sharma, indicó recientemente que el desbordamiento del lago Imja supondrá un verdadero «maremoto nepalí», en referencia al maremoto en el Océano Índico que devastó las costas indonesias en diciembre de 2004, causando la muerte de más de 200.000 personas.

Ayuda internacional

La primera conferencia de las naciones del Himalaya sobre el clima, celebrada en Katmandú, finalizó el martes con un llamamiento a la ayuda internacional ante los retos que representan el deshielo de los glaciares y los riesgos de inundaciones en el sur de Asia. Pero los expertos reunidos allí destacaron que la cuestión ni tiene una fácil solución. Los habitantes de las zonas más expuestas no quieren dejar sus casas y vaciar los lagos resulta una operación costosa y peligrosa, de resultados moderados.

«El sur de Asia, incluida la región del Hindu Kush y el Himalaya, es un punto caliente del cambio climático e influye en las vidas de la mitad de la población mundial. El cambio climático en esta región afectará a pueblos y ecosistemas desde las montañas hasta las costas y los mares», rezaba la declaración conjunta.

La cordillera del Himalaya, considerada «el tercer polo», representa con los otros dos el principal contribuyente al alza del nivel del mar debido al deshielo de los glaciares. Los del Himalaya se extienden sobre 2.400 kilómetros a través de Pakistán, India, China, Nepal y Bután y abasteces siete de los ríos más grandes de Asia, incluido el Ganges, el Brahmaputra, el Mekong y el Yangtze. Alrededor de 1.300 millones de personas dependen del agua que desciende del macizo montañoso. La fundición de los glaciares, que avanza a un ritmo alarmante, amenaza con inundaciones y sequías, en alternancia, a las regiones más bajas.

http://www.gara.net/paperezkoa/20090905/155188/es/Riesgo-maremoto-Nepal-deshielo-Himalaya/

Esta temporada de huracanes será la peor en 1.000 años

Ecoportal.net


La frecuencia con que ocurren huracanes en la actualidad en el Atlántico es similar a la de hace mil años, pero las causas no son las mismas, divulgó la revista Nature en su edición más reciente

Mil años atrás, durante un período de anomalía climática en el medioevo, se produjo un desarrollo de La Niña, factor que coincidió con un clima relativamente cálido en el Atlántico, explicaron investigadores de la Penn State University.

Por el contrario, en los últimos 10 años la actividad ciclónica en la región está asociada a un calentamiento de la superficie marina en el océano Atlántico.

Según los investigadores, esto es una pauta más sencilla, pero peligrosa porque la temperatura en la superficie atlántica tiende a aumentar en las próximas décadas.

Los resultados del estudio se apoyan en un análisis de los sedimentos dejados tierra adentro por esos fenómenos meteorológicos, principalmente en las lagunas próximas a la costa.

Las condiciones que dieron lugar a la actividad ciclónica hace mil años, en el medioevo, fueron contrastadas con las de la actualidad.

Sin embargo, los investigadores no evaluaron en su estudio si existe relación entre el aumento de la temperatura global y la frecuencia de esos eventos.

El estudio de los sedimentos en siete lagunas de Estados Unidos y Puerto Rico permitió estimar el número de ciclones que afectaron las zonas costeras en la época.

Además se analizaron modelos sobre generación de huracanes y los factores que influyen en la ocurrencia de esos fenómenos meteorológicos: los ciclos de El Niño y La Niña, la oscilación del Atlántico Norte y la temperatura de la superficie marina en el Atlántico. www.ecoportal.net

Prensa Latina - www.prensa-latina.cu

Lo Que Le Sucedió a Un Pequeño Yacaré de Ñeembucú

El video para conocerlo...

 

 

 

 

 

y lo que le pasó luego...

 

 

 

Tartagal-Argentina. Avanza La Revolución de GAIA

Catastróficas imágenes de la riada en Tartagal, Argentina, producto del Calentamiento Global

El Horror Del Antropoceno

Antropoceno, la era geológica y climática marcada  por la acción del ser humano, ya existe como registro geológico reconocido científicamente. ¿Qué significa básicamente? Caos en todo sentido, en algunas partes del planeta el invierno y el verano se han vuelto irreconocibles; lo cual afecta gravemente a  la agricultura, la ganadería y a la civilización misma (que así no tiene futuro ni durará mucho) Las noticias al respecto:

 

La sequía histórica provoca pérdidas por más de 650 millones en la producción y la economía del Chaco argentino

 

Tanto en el noreste argentino como en el sur de Paraguay la sequía está matando al ganado y a las plantaciones. La crisis alimentaria y socieconómica se incremente, un atentado contra la denominada "seguridad ecosocial"

 

Lunes, 01 de Septiembre de 2008 - Publicado en la Edición Impresa

 

La sequía que sufre el sudoeste de la provincia suma pérdidas por más de 650 millones de pesos por pérdidas en la producción ganadera y agrícola de la zona, restando un 43 % del producto bruto normal de la actividad a la economía chaqueña.

 


La ponderación del impacto y una estimación detallada de las pérdidas por cultivo y tipo de ganado, fue realizada por la Secretaría de Planificación y Evaluación de Resultados para el informe de la emergencia en la provincia presentado por el gobernador a la presidenta Cristina Fernández antes de su última visita a la provincia.
El informe revela que el déficit hídrico de la zona alcanza a los 600 milímetros que se deben sumar a los 1000 milímetros anuales menos que llovieron el año pasado, en el análisis de una serie histórica que confirma la profundización de los extremos hídricos que confronta la provincia, hoy con el 23 % de su territorio afectado por la falta de lluvias extremas, sin precipitaciones importantes en los últimos siete meses.
‘Teniendo en cuenta las pérdidas en la producción ganadera ($ 347.386.294) y agrícola ($ 298.786.092), la incidencia económica generada por las condiciones de déficit hídrico que afectan a la provincia alcanzan a $ 646.172.387. A su vez, si se considera que las actividades primarias y, dentro de éstas, la agricultura y la ganadería generan alrededor de 1.586 millones de pesos, las pérdidas equivalen al 41% del PBG sectorial’ detalla el informe al que tuvo acceso este diario.
Se explica allí que la reiteración de sequías incide sobre la vulnerabilidad de los
sistemas productivos agropecuarios, situación agravada por la escasa difusión y
aplicación de prácticas apropiadas para el manejo de agua, suelo y vegetación a nivel
predial. ‘Los efectos negativos se acentúan en los establecimientos donde no se realizan
rotaciones, se produce el excesivo laboreo de los suelos y el sobre pastoreo de los campos ganaderos resulta predominante. Las obras de infraestructura vial y de servicios que fueron construidas sin tener en cuenta el sentido de escurrimiento natural de las aguas y los desmontes realizados de manera indiscriminada contribuyen a agravar estos problemas‘ apunta para graficar el creciente déficit hídrico de la provincia en los dos últimos años.
El informe pondera las pérdidas en las diferentes categorías de ganado bovino, apuntando la muerte de más de 87 mil cabezas (ver cuadro) por un total de pérdidas económicas en el orden de los 347 millones de pesos.
‘Las pérdidas económicas totales (directas) ocasionadas por la sequía en los sistemas ganaderos de la provincia ascienden a 347.386.294 pesos, tomando en consideración los valores de mercado para las diferentes categorías ganaderas. A la cifra anterior debería adicionarse las pérdidas asociadas al costo de recomposición de los rodeos y la disminución de la productividad, fenómeno que se manifestará con toda su intensidad en las campañas siguientes, fundamentalmente debido a que el mayor porcentaje de mortandad se registra entre las vacas de cría‘ anota el trabajo ponderando una gravedad del impacto más profunda y con secuelas en ciclos productivos futuros.
Por otra parte, se pondera que las pérdidas económicas ocasionadas por la sequía en la agricultura chaqueña ascienden a $ 298.786.092, tendiendo en cuenta la pérdida asociadas a los costos de implantación y protección de los principales cultivos ($ 93.122.592) y la producción esperada y no comercializada ($ 205.663.500).

Un cuarto de la provincia

El informe señala que si bien el déficit hídrico se registra en toda la provincia, la sequía se ensañó en un sector que representa el 23 % del territorio provincial, la zona
más crítica está comprendida por los Departamentos F. J. Santa María de Oro, Chacabuco,
12 de Octubre, O’Higgins, Tapenagá, Mayor J. L. Fontana, San Lorenzo y San Fernando,
los que totalizan una superficie de 23.096 km2.
‘Las situaciones de extremos hídricos que caracterizan al ambiente chaqueño están
influenciadas por el sistema hídrico que presenta numerosos elementos de anormalidad que inciden sobre el drenaje. A esto se suma el desequilibrio en la distribución de las
precipitaciones a lo largo del año que produce variaciones en el régimen hidrológico, siendo responsable de la presencia o ausencia de acuíferos aptos para el aprovisionamiento de agua. En este marco, en las zonas donde no abundan los cursos de agua, el escurrimiento superficial debe almacenarse para satisfacer el consumo humano y productivo‘ se anotó en el informe que llegó a la presidenta de la Nación.

 

Estiman en un 50% las pérdidas de la ganadería en el Departamento San Martín

GENERAL SAN MARTIN, (Agencia).- Con motivo de la prolongada sequía las pérdidas en el sector ganadero en la zona comprendida por el Departamento Libertador General San Martín alcanzan al 50 por ciento lo que en pesos equivalen a sumas millonarias.

 

Fernando Lugo declara al Chaco paraguayo en emergencia ante prolongada sequía



 

Dramática situación en el Sur

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La falta de agua, a causa de la sequía, genera una gran mortandad de animales

en el sur de Ñeembucú. Los ganaderos están preocupados ante esta lamentable situación.



PILAR (Clide Noemí Martínez, corresponsal). El Ñeembucú sería declarado en estado de emergencia por el Gobierno, afirmó en Pilar el ministro de la Secretaría de Emergencia Nacional, Camilo Soares.

 

Esta declaración hizo tras interiorizarse de la crítica situación que vive el duodécimo departamento, por el gran deterioro de su estructura vial, el colapso de su sistema de salud y la extrema sequía que afecta al ecosistema y la producción.
Soares resaltó que las acciones de emergencia consistirán fundamentalmente en una concentración de esfuerzos de distintas instituciones del Estado. Dijo que de esta manera se pueden solucionar los problemas que actualmente aquejan a la zona, como el pésimo estado de la Ruta Cuarta, mal estado de los caminos de tierra y puentes, las debilidades del sistema de salud. Además de los daños causados por la extrema sequía, fundamentalmente al sector productivo, la fauna y la flora de la zona.
Afirmó que en forma conjunta con los distintos actores de la comunidad se trazará un plan de emergencia para posteriormente ejecutarlo a través de los Ministerios. El deterioro del ambiente, causado fundamentalmente por obras que no contemplaron normativas ambientales, fue uno de los puntos destacados por Soares.

 

 

EL CARIBE O DE LOS HURACANES APOCALÍPTICOS

 

Ahora el terrible es "Ike"

 

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En Puerto Príncipe, Haiti, hablan de "olor a muerte" tras hallar 495 muertos

 

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Mar inédito"

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Sorprendente: El Calentamiento Global Puede Afectar Al Vulcanismo y Sismos

 

Sorprendente, este estudio sugiere que el calentamiento global antropogénico puede modificar e incrementar la actividad volcánica y sísmica, ¿podemos culpar de la intensidad y mayor frecuencia de sismos al calentamiento global? En algunos casos, quizas sí, aunque lo más seguro es que hasta el momento la incidencia del calentamiento global no supere del 5 al 10% sobre sismos y vulcanismos (38 grados de calentamiento promedio es el 100% y la temperatura ha subido hasta 2 Cº hasta el año 2008) Esta incidencia aumentará en la medida que aumente el calentamiento global. Así, más calor, más erupciones volcánicas con mayor fuerza y en una mínima medidad más terremotos.

 

El clima podría influir en la tectónica

Área: Geología — Viernes, 23 de Mayo de 2008

 

Según un estudio una temperatura prolongada superior a los 38 grados y de origen climático detendría la tectónica de placas de la Tierra.

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Los continentes se mueven lenta e imperceptiblemente sobre el manto terrestre. Las placas tectónicas subducen unas sobre otras levantando las cordilleras más altas de este planeta. En su devenir han creado y moldeado nuevos continentes que a veces fueron uno solo. Aunque de vez en cuando esta actividad tectónica produce terremotos, la vida sobre este planeta no sería posible sin la geología que la soporta, y cualquier inestabilidad de este sistema podría en peligro a la biosfera que cubre este planeta.
La temperatura interior de la Tierra es superior a la exterior, y las rocas se comportan como un fluido bajo las tremendas presiones allí reinantes. Estas rocas del manto sufren convección y las corrientes generadas empujan las placas continentales de la superficie. En el fondo la Tierra funciona a este nivel como una máquina térmica que, debido a una diferencia de temperaturas, produce trabajo. Pero, ¿qué pasaría si la temperatura de la superficie fuera mayor?
Ahora un estudio liderado por Adrian Lenardic de Rice University pone en relación el clima y la geofísica de nuestro planeta y de planetas similares. Llegan a la conclusión de que si el efecto invernadero es lo suficientemente intenso puede detener la tectónica y que la corteza se detenga.
No sólo la actividad humana puede cambiar el clima, las erupciones volcánicas o una mayor irradiación solar puede también hacerlo. El ejemplo típico es Venus que está más cerca del Sol y además tiene una densa atmósfera (10 veces más densa que la terrestre) de dióxido de carbono que le produce un potente efecto invernadero (su superficie está más caliente que la de Mercurio y sobre ella el plomo se fundiría). Según han revelado las misiones espaciales Venus parece no tener tectónica de placas, aunque sí volcanes.
Lenardic ha querido poner un límite de temperatura superior por encima del cual la tectónica de nuestro planeta también se detendría. Un artículo con el estudio de estos científicos se publica en la revista Earth and Planetary Science Letters.
Estos investigadores han determinado que la tectónica de la Tierra se haría inestable si la temperatura superficial subiera por encima de 38 grados centígrados en promedio. Según Lenardic, el periodo de tiempo y el aumento de temperatura, aunque sería drástico para los humanos, son razonables para la escala geológica, en particular comparado con lo que se creía anteriormente que podría afectar a la geodinámica del planeta.
Se creía que la tectónica de placas era estable y se autocorregía, pero este punto de vista descansa en la presunción de que el exceso de calor del manto puede escapar fácilmente a través de la corteza. Además, a mayor temperatura el manto se hace menos viscoso. El nuevo estudio afirma que si la corteza está demasiado caliente durante un tiempo prolongado, debido a condicionantes climatológicos, la tectónica de placas se puede detener.
Según estos investigadores el efecto inicial de esta parada de la deriva continental sería un aumento de la actividad volcánica. Esto explicaría las huellas de vulcanismos que se pueden observar en Venus.
Anteriormente se echó la culpa de la falta de tectónica de placas en ese planeta a la ausencia de agua que lubricara el sistema.
Lo más significativo del estudio, según Lenardic, es que el calentamiento de la atmósfera que puede detener la tectónica de placas está bastante por debajo de la temperatura más allá de la cual el agua no estaría en agua líquida sobre la superficie de la Tierra. El agua no necesita hervir, sólo es necesario un periodo prolongado de calentamiento superficial que produzca un ciclo de retroalimentación positiva en el ciclo de convención del manto.

Fuentes y referencias:
Nota de Rice University.
Foto: USGS

 

Este estudio es cuestionado por algunos expertos en geología, dichos cuestionamientos se pueden ver en:

Calentamiento Global y Tectónica de Placas

A propósito del cambio climático

 

A propósito del cambio climático

 

 

22-02-08, Por Víctor L Bacchetta *

El conjunto de acciones, reacciones, discusiones, acuerdos y medidas, tanto en instancias nacionales como internacionales, para enfrentar los efectos del cambio climático generado por el calentamiento de la atmósfera hacen dudar de que estemos, como civilización, dando la respuesta adecuada.

Problemas de supervivencia

 

Un enfoque es considerar la coyuntura como una consecuencia inevitable del sistema capitalista y del impacto de su tecnología de producción de bienes. Resulta una conclusión obvia, pues éste ha sido el sistema mundial dominante desde el inicio de la industrialización, período donde se generan las condiciones del calentamiento global. Pero en la misma etapa, bajo los regímenes socialistas el impacto sobre el ambiente fue similar e incluso peor. Más allá de sus diferencias, ambos sistemas manejaban nociones similares de ciencia. O sea, la crisis ambiental y climática involucra los presupuestos de la ciencia y la tecnología, su visión de las leyes de la naturaleza y del uso posible de sus recursos, que determinan a su vez las nociones de bienestar humano y de consumo adoptadas por la sociedad.

Por ello escapa a toda lógica pretender mitigar los efectos del cambio climático sin afectar las metas del llamado desarrollo o de la globalización económica que sólo busca ampliar y consolidar un padrón de producción y consumo insustentable.

Esta civilización nunca enfrentó un problema de esta índole, tanto por las interrelaciones que el calentamiento de la atmósfera y sus efectos imponen sobre todos los factores humanos (económicos, sociales, políticos, culturales), como por la gran escala geográfica y de tiempo en que se desarrollan.

Aceptado lo que hoy es innegable y lo que se ve venir, las propuestas, en su mayor parte, si no todas, se quedan a mitad de camino. Parecen apenas una manera de empujar la cuestión hacia adelante, tal vez con la esperanza de que se resuelva sola, mostrando que no se capta aún la dimensión real del problema.

O, si se capta, los instrumentos, las instancias de decisión y las medidas a las que se apela son inapropiados. Pueden haber servido antes, pero resultan inútiles ante las características y la escala de esta crisis. "Más es diferente", dijo en 1972 Phillip W. Anderson, premio Nobel de física, advirtiendo sobre los riesgos de la visión reduccionista del universo.

Los cultores de la tecnología piensan que todo es solucionable, que si no se ha encontrado aún la respuesta, ya aparecerá, sin necesidad de cuestionar el crecimiento económico. Los economistas más reputados, como Nicholas Stern, llegan a admitir que esta crisis es "el fracaso más grande del mercado que el mundo haya conocido", pero insisten con el mercado.

El pensamiento científico y económico dominante se ha convertido en una ideología incapaz de cuestionar sus postulados. Han surgido otros desarrollos de la ciencia y la economía que basan la investigación en una visión dinámica e interdisciplinaria más acorde con la realidad social y ambiental, pero libran una batalla desigual contra los poderes constituidos.

Los ritmos de decisión también son inapropiados. "Hemos logrado afectar a todo el planeta por cientos o miles de años", asegura Jeremy Rifkin, pero las decisiones de las empresas y los gobiernos, aunque manejen horizontes de largo plazo, tienen una visión cortoplacista. A su vez, las formas de participación social son limitadas o, directamente, excluyentes.

Los vaivenes de la economía internacional han modificado la condición de algunos países. China, Brasil e India, otrora clasificados como del Segundo y el Tercer Mundo, se perfilan como nuevas potencias económicas, pero esto no introduce mejoras. A veces es al revés.

La comunidad internacional representada por las Naciones Unidas se encuentra sometida así al juego tradicional de poderes de las naciones y no logra acordar acciones eficaces a la altura de las evaluaciones científicas realizadas por el IPCC. "Y la montaña parió un ratón", puede decirse del esfuerzo y los recursos gastados en la última cumbre en Bali.

La alternativa de "salirse del sistema" como comunidad, región o incluso país, y establecer una relación con el ecosistema totalmente diferente, tampoco resulta viable porque la interrelación de los fenómenos ambientales no permite a nadie evadir sus efectos.

De las guerras no se habla, a pesar de su evidente impacto sobre el ambiente y su aporte al cambio climático. Menos se discuten los planes de algunas potencias para alterar el clima con fines bélicos. La ONU se adapta a todo, para evaluar los efectos de la guerra sobre el ambiente creó la Rama de Manejo Pos-Conflicto (los llamados "cascos verdes").

Mientras los organismos de la ONU se están mostrando insuficientes y tardíos para encarar las consecuencias de la crisis climática, los ricos y poderosos que se reúnen en el Club Bilderberg y que pretenden constituir el poder mundial real no conciben otra visión que la de seguir acumulando riquezas materiales y concentrando el poder.

La civilización actual no quiere abandonar los ideales de crecimiento, desarrollo y progreso que le dieron pujanza en el siglo XX pero que hoy hacen agua por todos lados. La crisis del cambio climático puede ser una oportunidad para rever y modificar ese rumbo o, de lo contrario, tendremos que aprender a partir de sus duras consecuencias. www.ecoportal.net

 

 

 
 

 

Se Vienen Guerras De Aniquilación Total

Los antecedentes climáticos pronostican guerras y hambrunas

Un revelador estudio sobre el impacto social de los cambios climáticos pasados alerta de los peligros que acechan a nuestra sociedad por el mero hecho de afrontar otra época de cambios en el clima. Analizando el periodo comprendido entre 1400 y 1900, se descubrió que existe un patrón cíclico de periodos históricos turbulentos que coinciden con temperaturas bajas, seguidos de periodos de tranquilidad que coinciden con temperaturas más suaves. Por otro lado, el estudio también reveló declives de población que seguían a cada aumento de las guerras. La lucha por los alimentos, cuya producción puede verse reducida en el futuro por los efectos del calentamiento global en la agricultura, puede ser en nuestra época el detonante de profundas turbulencias sociales. Por Olga Castro-Perea.

 

El cambio climático en Brasil.

 

 

El cambio climático en Brasil.

Según los antecedentes históricos, el cambio climático que padecemos actualmente es una amenaza para la humanidad porque el calentamiento global y la inestabilidad climática, derivados en esta ocasión de las acciones del hombre, provocarán guerras, hambrunas, y menguarán la población humana, señala una investigación llevada a cabo por científicos del Georgia Institute of Technology, de Estados Unidos, y de la Universidad de Hong Kong.

El estudio ha sido publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), y revela que en otro periodo de cambio climático en el que las temperaturas se redujeron, en la llamada Pequeña Edad de Hielo, aumentaron las guerras y enfrentamientos, se produjeron hambrunas y la cantidad de población disminuyó.

La Pequeña Edad de Hielo transcurrió desde principios del siglo XIV y hasta mediados del XIX, poniendo fin a una era muy calurosa llamada Óptimo climático medieval. Estas subidas y bajadas de las temperaturas a lo largo de la historia han proporcionado información y datos sobre el clima del pasado que han ayudado a los científicos a predecir con exactitud lo que sucederá en el futuro, y a diseñar estrategias para los futuros y persistentes cambios climáticos de larga duración, informa el Georgia Institute of Technology en un comunicado.


Frenar el impacto social


La presente investigación, llevada a cabo por Peter Brecke, profesor de la Sam Nunn School of International Affaire, de dicho instituto, y el científico de la universidad de Hong Kong, David Zhang, ha tenido como objetivo analizar el impacto social del cambio climático a lo largo de la historia, para comprender y anticipar los posible los efectos del calentamiento global para nuestra época. Según Brecke, actualmente podrían llegar a presentarse los mismos conflictos que en el pasado, dado que seguimos dependiendo de los recursos terrestres para alimentarnos.


Zhang, que anteriormente había investigado a este mismo respecto la China oriental, señala que los resultados de la presente investigación, que cubre un área espacial mucho más amplia, pueden ser considerados como principios generales, es decir, aplicarse a cualquier región de la Tierra.


Según los científicos, existe una conexión entre los cambios en la temperatura y las guerras porque dichos cambios afectan a la disponibilidad del agua, a los cultivos y a la fertilidad de los terrenos, pudiendo producir escasez de alimentos. Si se llega a ese punto, surgen los conflictos: revueltas locales, desestabilización de los gobiernos e invasiones por parte de regiones vecinas. Las masacres y el hambre harían que la población menguara.

Diversas fuentes de datos


Para determinar de qué manera el cambio climático ha afectado a la cantidad de enfrentamientos a lo largo de la historia, los científicos examinaron un periodo de tiempo concreto: entre el año 1400 y el año 1900.


A lo largo de este periodo, las temperaturas medias más bajas se registraron alrededor de 1450, 1650 y 1820, fechas separadas por intervalos ligeramente cálidos. Los investigadores recopilaron datos de las guerras que se produjeron durante esos siglos en múltiples fuentes, incluyendo una base de datos de 4.500 guerras en todo el mundo que el propio Brecke empezó a desarrollar en 1995 con financiación del U.S. Institute of Peace.

Por otro lado, utilizaron registros de cambios climáticos realizados por paleoclimatólogos (científicos que estudian las formas en que los patrones del clima cambiaron en el pasado), consultaron documentos históricos y examinaron determinados indicadores de cambio en las temperaturas, como los anillos de los árboles y de los esqueletos del coral, así como los isótopos de oxígeno presentes en los núcleos de hielo.


Los árboles producen un anillo por año, debido al rápido crecimiento que sufren en primavera y verano y el escaso crecimiento que tienen en otoño e invierno. El grosor de cada anillo da la clave para conocer la temperatura de cualquier época: si el anillo es más ancho quiere decir que ese año fue más cálido.


En cuanto a los corales, algunos de éstos también forman anillos anuales en sus esqueletos, de carbonato de calcio, a medida que crecen, por lo que pueden servir igualmente para calcular las temperaturas que ha habido, y que habrán producido temperaturas más o menos altas en el agua del mar.


Por último, los núcleos de hielo también dan algunas pistas: se han perforado núcleos de hielo en gruesas capas heladas en diversas partes del mundo, alcanzando incluso capas muy profundas con miles de años de antigüedad. Los niveles de concentración del deuterio, un isótopo estable del hidrógeno, en el hielo están relacionados con la temperatura de cada época.


Patrón cíclico


A partir del estudio de todas estas fuentes variadas, se descubrió que existía un patrón cíclico de periodos históricos turbulentos que coincidían con periodos en que las temperaturas habían sido bajas y seguidos de periodos de tranquilidad que coincidían con temperaturas más suaves. De hecho, el número de guerras por año en todo el mundo durante los siglos fríos fue de casi el doble que en el siglo XVIII, más cálido que los demás.

Por otro lado, el estudio también reveló declives de población que seguían a cada aumento de las guerras, según los datos recopilados por Brecke. El incremento de la tasa de población del hemisferio norte del planeta fue elevado entre 1400 y 1600, a pesar de que el periodo frío comenzó a mediados del siglo XV. Sin embargo, durante el siglo XVII, más frío, en Europa y en Asia se vivieron más guerras de gran magnitud y la población disminuyó.

En China, se redujo la población un 43% en sólo treinta años, entre 1620 y 1650. Posteriormente, aumentó dramáticamente a partir de 1650, hasta que llegó otro periodo más frío, desde 1800 en adelante, cuando un nuevo descenso de la población ocasionaría una crisis demográfica en todo el mundo.

Un futuro incierto

Los científicos demostraron asimismo la importancia de los precios de los alimentos en la aparición de conflictos y su relación con las temperaturas: el desequilibrio ecológico ha afectado siempre a la producción agrícola y los cambios climáticos han condicionado dicha producción y, en consecuencia, los precios del grano. Estos precios más altos han fomentado la aparición de guerras y, por último, el declive de la población.

En nuestra época se espera que las temperaturas globales aumenten en el futuro, al mismo tiempo que crece sin parar el número de personas que habitan en el mundo. Según Brecke, podríamos no ser capaces de adaptarnos adecuadamente a los cambios ecológicos venideros.

El incremento de periodos de sequía, en combinación con el aumento de la población, hará cada vez más difícil que el suministro de alimentos pueda cubrir toda la demanda planetaria. Brecke señala que, por tanto, no debe sorprendernos que haya más ejemplos futuros de hambrunas y de luchas entre distintos pueblos y naciones para conseguir comida y agua.



Viernes 30 Noviembre 2007

Olga Castro-Perea