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Sin Acuerdos Sustanciales Sobre El Calentamiento Global

 

 

Cancún: el Protocolo de Kyoto ha muerto

 

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Muy malas noticias salieron de la reunión de Cancún. Pero en su desesperación por mostrar buenos resultados, las delegaciones diplomáticas y el país anfitrión han buscado por todos los medios poner cara alegre. Lo único que lograron fue un despliegue monumental de hipocresía. Una duplicidad que se parece demasiado a las negociaciones en la historia de los armamentos nucleares.

En lo más álgido de la guerra fría, las dos superpotencias administraron la carrera armamentista y la evolución de sus arsenales nucleares de la misma manera que hoy se llevan las negociaciones sobre cambio climático. Cada vez que Washington y Moscú se enfrentaban a una nueva tecnología o un novedoso tipo de armamentos cuya evolución era incierta, ambas superpotencias dudaban sobre la conveniencia de prohibirlos. La realidad es que nunca estuvieron dispuestos a renunciar a lo que percibían como posibles ventajas estratégicas. Pero, por otro lado, se preocupaban por dar la apariencia de que estaban concernidos por los posibles efectos desestabilizadores de un nuevo tipo de armamento y los diplomáticos se reunían para proseguir con una nueva ronda de negociaciones sobre control de armamentos.

Como en el fondo nadie quería un acuerdo para limitar el acceso al nuevo tipo de armamentos, procedían de la siguiente manera. Primero declaraban su más profunda preocupación por el nuevo tipo de armamentos. Acto seguido prometían seguir trabajando sobre esta parte del problema, declarando que estaban concientes de la necesidad de reducir los peligros que rodeaban los nuevos armamentos. Por lo demás, se firmaba un acuerdo sobre los componentes menos peligrosos de los arsenales nucleares y se sacaba una fotografía con los delegados estrechándose las manos y desplegando una gran sonrisa. Los inquilinos de la Casa Blanca y del Kremlin firmaban solemnemente el acuerdo, sus departamentos de relaciones públicas difundían la foto de los ministros sonrientes y el mundo proseguía como si nada. Mientras tanto, los arsenales nucleares se iban poniendo cada día más gordos, con el aumento en número de misiles y de cargas nucleares. Sobre todo, se iban haciendo cada vez más peligrosos, con la intensificación de la precisión y letalidad de misiles y cabezas nucleares.

La conferencia de las partes de la Convención marco de Naciones Unidas sobre cambio climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) de Cancún ha seguido el mismo patrón, dentro de lo que nos permite la comparación. Realmente, en el fondo, la COP16 en Cancún ha terminado con cero resultados importantes. Hay una media docena de acuerdos secundarios, pero eso es todo. No hay nada más. Pero eso no impidió a los negociadores en Cancún correr a las cámaras para anunciar que el balance de la reunión es un rotundo triunfo. Y lo primero que exhiben es una declaración sobre la necesidad de lograr mayores reducciones de GEI en el futuro inmediato. Realmente eso de mayores reducciones no es muy impresionante porque las emisiones no han estado reduciéndose en los últimos años, al contrario. Por otro lado, no hay ninguna referencia a metas cuantitativas. Tampoco a los instrumentos para lograr resultados.

En cuanto al fondo especial de financiamiento, realmente la cifra de 100 mil millones de dólares, prometida para 2020 no es impresionante. Ese monto podría incluir fondos privados e inversión extranjera directa. El fondo es una bolsa de aire.

¿Qué significa esto para el Protocolo de Kyoto? Esto significa que al expirar la vigencia de este instrumento legal en 2012, nada lo reemplazará. Es la muerte del Protocolo de Kyoto. Es decir, cualquier reducción de emisiones de GEI de los principales países emisores será voluntaria. Eso es algo muy distinto a un acuerdo con compromisos y metas firmes, legalmente obligatorios.

Sin la potestad de la ley internacional, las promesas son palabras al viento. El Protocolo de Kyoto tenía muchos defectos. Entre otros, sus engañosos mecanismos de desarrollo limpio y la consagración del mercado de bonos de carbono, pero tenía un principio fundamental: los compromisos para reducir emisiones eran obligaciones legales sometidas al poder vinculatorio de la ley. Esto es lo que había que haber rescatado y desarrollado. Y, por supuesto, este acuerdo tendría que haber conservado también el principio básico de la responsabilidad diferenciada entre países según su grado de desarrollo y su contribución a la acumulación de GEI.

Hace 20 años Anil Agarwal, un científico en Nueva Delhi, señaló que las emisiones de metano de un búfalo perteneciente a un campesino pobre en Bangladesh no podían compararse con las emisiones de un auto de lujo perteneciente a un magnate en Park Avenue. Unas son emisiones de supervivencia, las otras son de lujo. Sin un reconocimiento de este ingrediente central, un acuerdo será siempre imposible. La historia recordará este gran fracaso de los principales países emisores. El clima regresará a recordarnos.

Alejandro Nadal es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso.


La Jornada, 15 diciembre 2010

Quizás Ya No Podamos Adaptarnos Al Cambio Climático

Si no se frena el calentamiento global, no podremos adaptarnos al cambio climático

Lonnie Thompson advierte de la imposibilidad de reaccionar ante los cambios del clima con la tecnología actual

Lonnie Thompson, uno de los principales expertos en cambio climático del mundo, ha publicado un artículo en The Behavior Analyst en el que afirma que si los humanos no moderamos el uso de los combustibles fósiles mitigando así el calentamiento global, nos enfrentaremos a cambios climáticos para los que no tendremos tiempo de adaptarnos. En un tono catastrofista pero desgraciadamente basado en evidencias científicas innegables, Thompson señala tres opciones posibles ante esta situación: la mitigación del cambio climático, la adaptación, y el sufrimiento de las consecuencias del calentamiento global. La publicación de este artículo coincide con la celebración de la Cumbre del Clima de Cancún, de la que no parece que vaya a surgir la esperanza. Por Yaiza Martínez.

 


Montes Brooks de Alaska. Fuente: Wikimedia Commons.
Montes Brooks de Alaska. Fuente: Wikimedia Commons.
Lonnie Thompson, uno de los principales expertos en cambio climático del mundo, ha señalado recientemente en un artículo publicado por The Behavior Analyst que si los humanos no moderamos nuestro uso de combustibles fósiles, existe la posibilidad real de que tengamos que enfrentarnos a las consecuencias medioambientales, sociales y económicas del cambio climático más rápidamente de lo que podemos asumir.

El acelerado retroceso de los glaciares terrestres y la reducción de las capas de hielo terrestres ilustran de forma dramática la naturaleza del cambio climático al que nos enfrentamos, alerta Thompson.

Lonnie Thompson es un distinguido profesor de la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, que ha alcanzado un reconocimiento global por sus estudios sobre los glaciares de las regiones tropicales y subtropicales del planeta. Por estos análisis está considerado el glaciólogo más importante del planeta.

Por otro lado, en 2005, ganó el equivalente al Nobel de la ciencia ambiental (el Tyler Prize for Environmental Achievement), en 2007 recibió la Medalla Nacional de las Ciencias (mayor honor otorgado en Estados Unidos a un científico) y en 2008 fue proclamado por Time Magazine como uno de los “Héroes del Medioambiente” del planeta.

Adaptación y sufrimiento

Según se explica en la revista Newswise, ésta es la primera vez que Thompson recomienda, en un artículo publicado, acciones específicas contra los efectos crecientes del cambio climático.

Durante las últimas tres décadas, Thompson ha dirigido 57 expediciones a algunas de las regiones más remotas y de mayor altitud del mundo para extraer muestras de hielo de los corazones de los glaciares y de las capas de hielo continental, en los que se preservan registros de los procesos climáticos por los que ha pasado nuestro planeta.

En el pasado, el científico había dejado que sus datos y conclusiones hablaran por sí solos, pero en su último artículo, dirigido a sociólogos y expertos del comportamiento, expresa abiertamente su preocupación sobre el peligro de ignorar las evidencias acerca de las consecuencias del cambio climático.

Thompson escribe que “a menos que un gran número de personas siga los pasos adecuados, como apoyar las regulaciones gubernamentales dirigidas a reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, las únicas opciones que nos quedarán (ante las consecuencias del cambio climático) será la adaptación y el sufrimiento. Y cuanto más nos retrasemos, más desapacible será esta adaptación y mayor será el padecimiento”.

Cambios potencialmente catastróficos

Thompson afirma, asimismo, que prácticamente todos los investigadores del clima “están convencidos actualmente de que el calentamiento global constituye una clara amenaza para nuestra civilización”.

Esta opinión no es una exageración sino que se basa en “evidencias científicas que documentan que la Tierra se está calentando, que este calentamiento es debido a la actividad humana, que está causando importantes cambios en muchos de los sistemas básicos terrestres, y que podría propiciar cambios rápidos y potencialmente catastróficos en un futuro próximo”.

Estos escenarios futuros, explica Thompson, no emergen, como a menudo se ha sugerido, simplemente a partir de simulaciones informáticas, sino también a partir del análisis y valoración de las evidencias científicas recopiladas.

 

Lonnie Thompson. Fuente: Ohio State University.
Lonnie Thompson. Fuente: Ohio State University.
Menos recursos, mayor sufrimiento

Thompson enumera tres opciones para enfrentarnos al calentamiento global: la mitigación (del calentamiento), como prevención; la adaptación, como reacción; y el sufrimiento, resultante del cambio climático.

Según el científico: “Claramente, la mitigación sería nuestra mejor opción, pero hasta ahora la mayoría de las sociedades del mundo, incluidos los Estados Unidos y los principales países emisores de gases de efecto invernadero, han hecho poco más que hablar sobre la importancia de dicha mitigación”.

Thompson añade que, actualmente, no existen soluciones tecnológicas rápidas contra el cambio climático por lo que nuestra única esperanza radica en cambiar nuestro comportamiento y así frenar significativamente el calentamiento global, “de tal forma que ingenieros y científicos tengan tiempo de idear, desarrollar y desplegar posibles soluciones tecnológicas”.

“Todo el mundo se verá afectado por el cambio climático”, advierte el científico y concluye: “pero aquéllos con menos recursos para la adaptación serán los que más sufran”.

Ejemplos claros

En su artículo, Thompson aporta claras evidencias científicas del calentamiento global: las capas de hielo de la cima del Monte Kilimanjaro de Tanzania se han reducido en un 85% desde 1912; el glaciar tropical de Quelccaya, que es el más grande del mundo y está ubicado en los Andes de Perú ha retrocedido un 25% desde 1978.

Por otra parte, las capas de hielo de los Himalayas han visto reducido su espesor y todos los glaciares de los Montes Brooks de Alaska están retrocediendo, al igual que el 98% de los montes del sudeste del país.

Por último, el 99% de los glaciares de los Alpes, el 100% de los de Perú, y el 92% de los de los Andes de Chile se están también reduciendo. Entretanto, los niveles del mar están aumentando y la pérdida de la capa de hielo del Polo Norte continúa aumentado anualmente.

La publicación de la advertencia de Thompson coincide con la celebración de la Cumbre del Clima de Cancún, en la que 194 países tratan de ponerse de acuerdo estos días para luchar contra el cambio climático. Sin embargo, los expertos prevén que de esta Cumbre saldrá sólo un acuerdo de mínimos que se concretará en los años venideros.

Según la Plataforma SINC, la financiación, la mitigación y la transparencia han sido puntos clave de la discordia entre las naciones asistentes al encuentro. En general se teme que los escasos acuerdos que en él finalmente se alcancen no sirvan para evitar que la temperatura del planeta aumente dos grados con respecto a los niveles preindustriales, un aumento que está considerado el umbral de la catástrofe.

¿La agroenergía sirve a la vida o al capital?

 

Leonardo Boff

2010-11-12


 

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  En un artículo anterior abordábamos la energía como uno de los mayores enigmas del universo, especialmente la Energía de Fondo que sustenta el cosmos y cada ser. Ahora vamos a concentrarnos en la agroenergía, la más ansiada en los días actuales a causa del agotamiento creciente de la matriz energética fósil. Es como una especie de Arca de Noé salvadora del sistema actual.

Naturalmente, la energía, poco importa su tipo, es imprescindible para todo, particularmente es el motor de la economía de mercado, y para todas las civilizaciones.

Quien quiera tener un resumen bien fundamentado del tema en una perspectiva global, pasando por los países productores y analizando los principales agrocombustibles y la bioenergía en general, debe leer el libro de François Houtart, La agroenergía: solución para el clima o salida de la crisis para el capital (Ed. Ruth, 2009). El autor, sociólogo belga, es muy conocido en todo el tercer mundo por haber creado en Lovaina un Centro Tricontinental donde forma cuadros del más alto nivel, venidos del Gran Sur, entre ellos muchos brasileros, para actuar de forma transformadora en sus respectivos países. Es uno de los fundadores y animadores del Foro Social Mundial.

La utilización de energías renovables obedece a dos imperativos: el primero, la corta longevidad, cerca de 40 años, del petróleo; del gas, 60 y 200 para el carbón. El segundo, es la protección del medio ambiente y el control del calentamiento global que, si se descuida, pondrá en peligro toda la civilización.

 

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Así y todo, un sustituto de la energía fósil no es alcanzable aún a medio plazo. En 2012 la agroenergía representará solamente el 2% del consumo global y podrá llegar en 2030 al 7%, suponiendo que se utilice el conjunto de las tierras cultivables de Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur. Si se utilizaran todas las superficies productivas de la Tierra alcanzaría el equivalente a la producción de petróleo, que es de mil cuatrocientos millones de barriles/ día. Las demandas actuales se elevan a tres mil quinientos millones, tendiendo a subir. Aquí surge un impasse sistémico, que debería de obligar a pensar en otro modo de producción y de consumo, menos energívoro.

Si hubiese sentido de futuro colectivo, compasión para con la humanidad sufriente, gran parte de ella sometida al hambre, la escasez de agua potable y todo tipo de enfermedades, y si predominase el cuidado de la Madre Tierra contra la cual estamos llevando a cabo una guerra total, en el suelo, en el subsuelo, en los aires, en los ríos y en los océanos, pensaríamos seriamente en cómo encontrar un modo de habitar el planeta con más sinergia con los ritmos de la naturaleza, con responsabilidad colectiva para la inclusión de todos y con benevolencia hacia la comunidad de vida. Ahora sería la gran ocasión. Pero nos falta sabiduría y todavía creemos en las posibilidades ilusorias del desastroso sistema capitalista que nos ha llevado al impasse actual.

El drama que envuelve a las energías alternativas reside en el hecho de que han sido secuestradas por la lógica del capital. Éste tiene como objetivo el lucro creciente y nunca toma en consideración las «externalidades», que no entran en el cálculo económico (como la degradación de la naturaleza, la polución del aire, el calentamiento global, el crecimiento de la pobreza). Solamente se toman en serio cuando son tan negativas que perjudican el sistema del capital. Por eso, no nos engañemos con las empresas que alardean del carácter «verde» de su producción. Lo «verde» vale, siempre que no afecte los lucros ni disminuya la capacidad de competencia.

Hay que decirlo con todas las palabras: la búsqueda de energías alternativas limpias no pretende forjar formas de salvar al género humano y sus capacidades vitales, sino que busca preservar la suerte del sistema del capital con su lógica del gana-pierde.

 

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Ahora, este sistema, con flexibilidad y adaptación estremecedoras, es capaz de producir ilimitados bienes y servicios, pero siempre a costa de la dominación de la naturaleza y de la creación de perversas desigualdades sociales. Hoy se está apoyando en los límites de la Tierra cuyos recursos está extenuando. Se está realizando la profecía de Marx según la cual el capital destruiría sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y el trabajo. Estamos presenciando exactamente el cumplimiento de esta siniestra profecía.

La agroenergía no puede estar al servicio de la reanimación de un moribundo, debe reforzar la vida, que demanda otro tipo de producción y de relación no destructiva con la naturaleza. El tiempo para conseguir esto, para que no lleguemos tarde, urge.

 

 

Leonardo Boff

La Gran Muerte del Chaco Argentino

Por el ganado y la soja el Chaco agoniza

 

Investigadores argentinos que recurrieron al empleo de modelos para estudiar las consecuencias del cambio de uso de los suelos en el área de la Región del Gran Chaco, constataron una gran sensibilidad de las variables climáticas en relación con la deforestación.
Juan Monzón Gramajo / Agencia CyTA-Instituto Leloir/UNNE
Por el ganado y la soja el Chaco agoniza
La deforestación de los bosques nativos y el consecuente avance de la frontera agrícola impactarán de manera progresiva en distintas variables climáticas de la Región del Gran Chaco. A esa conclusión arribó un estudio presentado recientemente en el Congreso Internacional de la American Geophisical Union, por el Grupo de Investigación de Ciencias Atmosféricas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la Universidad Nacional del Nordeste.
El estudio “El impacto de la deforestación en las precipitaciones de la región del Gran Chaco” analiza las modificaciones en los valores de la precipitación producto de la deforestación actual en la región debido a la sojización y a la intensa actividad ganadera que se desarrolla. Se explican además, los mecanismos de los procesos de interacción suelo-atmósfera, mediante simulaciones con un modelo climático.
De acuerdo a lo expresado por el doctor Manuel Pulido, director del Grupo, la trascendencia de las conclusiones se debe al hecho de que hay muy pocos estudios que se han concentrado en esta región Subtropical. “Está muy estudiada la deforestación del Amazonas y sus consecuencias por ser considerado como un pulmón para el planeta.  Pero en la región subtropical del gran Chaco no se conoce la respuesta climática debido al desmonte de la región”.
La utilización de modelos climáticos de simulación permite analizar distintos escenarios posibles, obtener respuestas, extrapolarlas, para finalmente trasladar esas conclusiones a la realidad y comprobar su cumplimiento.
La región del Gran Chaco estudiada abarca parte de la República del
Paraguay, Formosa, Chaco hasta el centro de la provincia de Santa Fé. Hacia el oeste se extiende hasta Uruguay; Entre Ríos, Corrientes, y el sur de Brasil. Se tomó esa región como objeto de estudio porque es donde se ha producido una importante intensificación de la agricultura en los últimos años.


Desmonte







“En principio nosotros lo que queremos es medir las variaciones en el clima regional producto del desmonte que se esta realizando por el avance de la frontera agropecuaria” señaló Patricia Blatter becaria de CONICET e integrante del grupo de investigación.
La deforestación está generando efectos climáticos notables. “A pesar de que estamos trabajando aún con casos idealizados, hay evidencia contundente de estos procesos”, expresó el doctor Juan Ruíz otro miembro del grupo.
 “La conclusión más importante es la gran sensibilidad que se observó en las variables climáticas al uso del suelo. Más allá de que todavía la investigación está en pleno curso, se pudo comprobar la notable sensibilidad que hay en las variables climáticas en el cambio del uso del suelo” expresó el doctor Manuel Pulido.


Distintos escenarios


Para poder realizar este estudio se eligieron dos casos (de manera simulada) y en cada uno de ellos se modificó el uso de suelo actual de la región de estudio. En uno de los casos se cubrió el suelo de la región con pasto, de esta manera se pretendió simular el escenario extremo en el cual toda la región del Gran Chaco este destinada a la producción agrícola y a la agricultura. En el siguiente caso, el suelo estuvo cubierto por bosques, representando así, la composición original de la región. Esto representaría el escenario extremo de hace 200 años, en el cual no hubo ningún tipo de deforestación.
Los resultados muestran que la precipitación simulada para el primer caso, fue menor que la precipitación simulada para el caso bosque.
Otros de los resultados obtenidos son los siguientes:
-También se vieron modificaciones en los flujos de los vientos. Para el caso bosque, se midieron flujos de vientos. Estos penetraron más al sur, más al interior de la región del Gran Chaco, si se lo compara con el caso pastura.
- Se encontraron respuestas dipolares en las precipitaciones. Es decir intensas lluvias en determinadas regiones y disminución en otras. Principalmente en la zona de Misiones se vio que las precipitaciones eran mayores  para el caso pasturas, que para el caso bosque.
-    Respuesta en la temperatura. Las temperaturas estuvieron también ligadas con las modificaciones que se introdujeron. Para el caso bosque hubo una disminución de la temperatura, en cambio para el caso pastura la temperatura fue mayor.

Modelo Climático

Para el estudio se utilizó un modelo que básicamente permite simular el comportamiento de la atmósfera. Un programa de computadora que resuelve ecuaciones, y simula como será el comportamiento de la atmósfera en una región determinada.
Entre las distintas situaciones que tiene el modelo en cuenta para poder representar el comportamiento de la atmósfera, es el uso que se hace de la superficie. Dicho de otra forma, cómo interactúa la atmósfera con lo que hay en la superficie. Hay flujos de vapor, evaporación de agua desde la superficie hacia la atmósfera, flujos de calor desde la superficie a la atmósfera y viceversa. Entonces el uso que se haga de la superficie evidentemente afectará a lo que sucede en la atmósfera.
Actualmente estos modelos son muy precisos y la distribución de suelo que presentan, están en función a mediciones satelitales. De esta manera se permite ver la distribución de la vegetación, y en base a eso se realizan los pronósticos y las simulaciones. Un estudio indica que la deforestación de los bosques nativos y el consecuente avance de la frontera agrícola impactarán de manera progresiva en distintas variables climáticas de la Región del Gran Chaco.


Créditos: Revista CyT / UNNE

Hacia La Ecodemocracia

 

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Leonardo Boff

 

La democracia es seguramente el más alto ideal que históricamente ha elaborado la convivencia social. El principio que subyace a la democracia es: «lo que interesa a todos debe poder ser pensado y decidido por todos».

Tiene muchas formas: la directa, como es vivida en Suiza, donde toda la población participa en las decisiones vía plebiscito.

La representativa, en la cual las sociedades más complejas eligen delegados que, en nombre de todos, discuten y toman decisiones. El gran problema actual es que la democracia representativa se muestra incapaz de reunir a las fuerzas vivas de una sociedad compleja, con sus movimientos sociales. En sociedades de gran desigualdad social, como Brasil, la democracia representativa asume características de irrealidad, cuando no de farsa. Cada cuatro o cinco años, los ciudadanos tienen la posibilidad de escoger a su «dictador» que, una vez elegido, se dedica más a hacer una política palaciega que a establecer una relación orgánica con las fuerzas sociales.

La democracia participativa que significa un avance respecto a la representativa. Fuerzas organizadas, como los grandes sindicatos, los movimientos sociales por la tierra, la vivienda, salud, educación, derechos humanos, ambientalistas y otros han crecido de tal manera que se constituyen como base de la democracia participativa: El Estado se obliga a oír y a discutir con tales fuerzas las decisiones a tomar. Se está se imponiendo por todas partes especialmente en América Latina.

Está también la democracia comunitaria que es característica de los pueblos originarios de América Latina, poco conocida y reconocida por los analistas. Nace de la estructura comunitaria de las culturas originarias de norte a sur de Abya Yala (nombre indígena para América Latina). Ella busca realizar el « vivir bien» que no es nuestro «vivir mejor» que implica que muchos vivan peor. El «vivir bien» es la búsqueda permanente del equilibrio mediante la participación de todos, equilibrio entre hombre y mujer, entre ser humano y naturaleza, equilibrio entre la producción y el consumo en la perspectiva de una economía de lo suficiente y de lo decente y no de la acumulación.

El «vivir bien» implica una superación del antropocentrismo: no es sólo la armonía con los humanos, sino con las energías de la Tierra, del Sol, de las montañas, de las aguas, de las selvas y con Dios. Se trata de una democracia sociocósmica, donde todos los elementos se consideran portadores de vida y por eso incluidos en la comunidad, respetando sus derechos.

Por último, estamos caminando hacia una superdemocracia planetaria. Algunos analistas como Jacques Attali (Breve historia del futuro, 2008) imaginan que será la alternativa salvadora ante un superconflicto que podría, dejado a su libre curso, destruir la humanidad. Esta superdemocracia parte de una conciencia colectiva que se da cuenta de la unicidad de la familia humana y de que el planeta Tierra, pequeño, con recursos escasos, superpoblado y amenazado por el cambio climático, obligará a los pueblos a establecer estrategias políticas globales para garantizar la vida de todos y las condiciones ecológicas de la Tierra.

Esta superdemocracia planetaria no anula las distintas tradiciones democráticas, sino que las hace complementarias. Esto se consigue mejor mediante el biorregionalismo. Se trata de un nuevo diseño ecológico, es decir, de otra forma de organizar la relación con la naturaleza a partir de los ecosistemas regionales. Al contrario de la globalización uniformadora, valora las diferencias y respeta las singularidades de cada región, con su cultura local, haciendo más fácil el respeto a los ciclos de la naturaleza y la armonía con la Madre Tierra. Tenemos que rezar para que este tipo de democracia triunfe; si no lo hace, no sabemos en absoluto hacia donde seremos llevados.

Quienes Destruyen El Planeta

La ONU calcula que tan solo los daños ecológicos ocasionados por las 3 mil empresas más grandes del mundo por el mal uso de los recursos naturales, la contaminación de la atmósfera y de las aguas, así como por su responsabilidad en la extinción de especies, ascienden a 1,7 billones de euros (2,1 billones de dólares). Según la entidad, muchas economías siguen sin ver la enorme importancia que tiene la diversidad de la flora y fauna y otras formas de vida y el papel que cumplen para el funcionamiento de los ecosistemas.
El Arca /ONU
Quiénes y cómo se esquilman los recursos naturales
“El capital natural del mundo está siendo destruido a gran escala”, advierte el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Achim Steiner, según  informa el periódico alemán “Süddeutsche Zeitung”.
 
De acuerdo con el PNUMA, la catástrofe ocasionada por el derrame de petróleo en el golfo de México va mucho más allá de los problemas de una sola empresa. Las empresas privadas apenas prestan atención a la protección de la naturaleza y de la biodiversidad en el mundo, denuncia el organismo dependiente de la ONU en un informe a ser presentado en la Conferencia Mundial de Biodiversidad en Londres.

 Destrucción sin precedentes


 
“Desde hace muchos años la explotación excesiva de la naturaleza por parte de las empresas privadas continúa de manera desenfrenada”, asegura Steiner. Selvas, especies, hábitats y ecosistemas desaparecen a un ritmo sin precedentes, alerta el director ejecutivo del PNUMA.
   
Según estimaciones actuales del PNUMA, las especies se extinguen hoy en día a un ritmo 100 veces mayor de lo que ocurre durante el proceso de evolución. El informe señala que esto apenas parece preocupar a las grandes compañías internacionales: solo dos de las 100 mayores empresas se han fijado como objetivo estratégico la preservación de los ecosistemas. Sólo el 25 por ciento de 1.100 líderes empresariales teme que la extinción de especies y la pérdida de ecosistemas enteros pueda afectar negativamente a su propia empresa.  Y concluye el informe: “En muchas empresas se sigue creyendo que los recursos naturales son inagotables, cuando desde hace tiempo estamos comprobando dolorosamente que eso ya no es así"

Transgénicos y Pueblos Indígenas En Colombia

La situación de los transgénicos y los derechos humanos en pueblos indígenas de Colombia

 

16-06-10 Por Grupo Semillas

Informe paralelo al V informe estatal de la República de Colombia sobre la realización del Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales de los pueblos indígenas. Derechos humanos sociales en Colombia. En este documento se evidencia la violación de los derechos humanos de los pueblos indígenas en Colombia, debido a la inserción de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en su territorio. Estas violaciones implican y/o afectan especialmente a los derechos de los pueblos a la libre determinación, a la previa consulta y a la participación en el desarrollo de medidas para proteger sus derechos a su cultura y sus recursos naturales; igualmente, estos cultivos violan los derechos a la vida, a la propiedad, a la cultura, a la alimentación, a la salud, y a un medio ambiente sano.

Derechos humanos sociales en Colombia

La situación de los transgénicos y los derechos humanos en pueblos indígenas de Colombia (1). Presentado por: Corporación Grupo Semillas

Introducción

Las políticas y determinaciones del Estado colombiano relativa a los organismos modificados genéticamente (OMG) han violado y amenazan seguir violando, los derechos de los pueblos indígenas en Colombia, incluidos sus derechos a la libre determinación, a la consulta previa, a la participación, a la propiedad, a su cultura, a la alimentación, a la salud y a la protección de una medio ambiente sano.

I. La importancia de las semillas criollas para las culturas, la salud y el medio ambiente de los pueblos indígenas

Para los pueblos indígenas en Colombia, las semillas criollas no sólo proporcionan una fuente vital de alimentos; también representa un componente fundamental de sus culturas, son una fuente de salud, una forma de segura contra los cambios climáticos y un elemento crucial en el sistema tradicional de agricultura agroecológica que protege y preserva su medio ambiente. Colombia es un importante centro de origen y de diversidad biológica, de una gran diversidad de maíces criollos, y de muchos otros cultivos, que conservan los pueblos indígenas y campesinas.

Para el pueblo indígena Zenú el maíz, ubicado en la zona Caribe fundamental para su cultura y su soberanía alimentaria, es por ello que se consideran “hijos de maíz”. Igualmente es importante el maíz para pueblos indígenas como: Los Nasa, Guambianos, en el Cauca, los Pijaos en el Tolima, Los pastos en Nariño, los embera Katios en Caldas y Antioquia, Los Aruakos y Koguis en la Sierra Nevada de Santa Marta, entre otros. Igualmente son el alimento fundamental de cientos de comunidades campesinas en todo el país.

II. Efectos potenciales de las semillas MG en las fuentes de la alimentación, la salud y el medio ambiente de los pueblos indígenas

Durante años, los estudios científicos han demostrado los riesgos e impactos que generan las semillas MG para el medio ambiente, especialmente por la contaminación de las variedades criollas y parientes silvestres, también los riesgos para la salud humana y los impactos socieconómicos, especialmente en los países del Sur. El gobierno colombiano debe cumplir con su obligación legal de aplicar el principio de precaución, que establece que “la falta de certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces” (2).

II.A. La contaminación genética

Los estudios científicos muestran que una vez sean liberadas al ambiente las semillas transgénicas, la contaminación genética de las semillas criollas es irreversible, y ocurriría por varios kilómetros, a través del viento, cuando se presentan condiciones de convección y/o vientos fuertes. El maíz también es polinizado por abejas, que pueden viajar grandes distancias, hasta diez kilómetros (3).

Esta contaminación alteraría irreparablemente la reserva tradicional de semillas criollas de los pueblos indígenas de Colombia.

Igualmente, para el caso de Colombia, la contaminación genética de las variedades de maíz criollo puede llegar a través de los programas gubernamentales de fomento agrícola y de ayuda alimentaria, los cuales no realizan un debido control gubernamental para evitar que lleguen semillas o alimentos transgénicos. De esta forma ha ocurrido la contaminación en México, que es el centro de origen del maíz (4). También la contaminación puede llegar a través de las prácticas consuetudinarias que realizan permanentemente los indígenas de intercambiar y ensayar semillas provenientes de otros lugares.

II.B. Los efectos para la salud humana

Se ha demostrado que los alimentos MG tienen efectos adversos para la salud de los animales, y es muy probable que presenten efectos similares en la salud humana. Es así como la contaminación de las semillas criollas y los alimentos, por semillas GM podría afectar negativamente a la salud de los pueblos indígenas. Además de sus efectos directos, los estudios han mostrado que la utilización de semillas MG resistentes a los herbicidas, está asociada con un mayor uso de estos, especialmente del glifosato (5). Se ha demostrado que el glifosato tiene graves efectos adversos para la salud; por lo tanto, la salud de las comunidades que viven cerca de las plantaciones de maíz, soja o algodón GM resistentes al glifosato, están sujetas a efectos negativos derivados de la mayor exposición al herbicida.

Pero, el Estado colombiano, afirma que el glifosato no es perjudicial para la salud, y lo utiliza masivamente para fumigar cultivos ilícitos, y no ha realizado estudios para evaluar los riesgos del uso de glifosato y de otros productos químicos asociados con los cultivos modificados genéticamente.

II.C. Efectos para la salud del medio ambiente

Los cultivos transgénicos pueden afectar a los ecosistemas del suelo y el agua. Se ha demostrado que la toxina producida y desechada por el maíz Bt sigue siendo biológicamente activa mientras que persista en el suelo (6). Estas toxinas Bt puede entrar en las fuentes de agua y podrían afectar estos ecosistemas y ser tóxica para la cadena alimentaria acuática.

Cultivos Bt, además de ser tóxicos para algunas plagas, también pueden ser tóxicos para los organismos “no-objetivos” y afectar a otros insectos beneficiosos, que son importantes en el control biológico de las plagas de maíz, como las crisopas verdes (7). También hay preocupación de que el maíz Bt puede afectar el rendimiento de aprendizaje de las abejas (8), que son importantes polinizadores.

Existen pruebas científicas sobre la aparición de resistencia de las plagas de insectos en los cultivos Bt (9), lo que hace ineficaz esta tecnología y la necesidad de aplicación de pesticidas más tóxicos. Asimismo, en Estados Unidos y Argentina en los últimos 14 años, varias malezas presentes en cultivos de maíz y soja GM resistentes al glifosato, se están volviendo susceptibles a este herbicida, lo que ha generado un espectacular aumento de la utilización del glifosato o bien de herbicidas más tóxicos para complementar el glifosato (10) (11).

III: La normatividad colombiana sobre bioseguridad: Aprobada sin consulta previa a los grupos indígenas, y es insuficiente para proteger sus derechos.

Las autorizaciones para los organismos MG se realiza mediante el decreto 4525 de 2005, que reglamenta el Protocolo de Cartagena sobre bioseguridad (Ley 740/02). Esta norma fue emitida sin consulta previa y participación de los pueblos indígenas, y tampoco han sido consultadas antes de la aprobación de siembra de los diferentes cultivos GM. Actualmente se ha aprobado las siembras comerciales de algodón y maíz transgénico, cultivos que han sido plantados cerca de los territorios indígenas, abriendo la posibilidad de que las semillas criollas sean contaminadas.

El Decreto 4525 crea tres comités técnicos de Bioseguridad (CTNbio) independientes: 1) CTNbio Agrícola, a cargo del Ministerio de Agricultura, que aprueba MG de uso agrícola. 2) CTNbio Ambiental, a cargo del Ministerio de Ambiente, que aprueba MG para uso ambiental. 3) CTNbio de Salud, a cargo del Ministerio de la Protección Social que aprueba MG de uso para la salud y para alimentación humana. Bajo este decreto, los análisis de bioseguridad no se realizan evaluando integralmente los impactos ambientales, socioeconómicos y en la salud, sino que solo son analizados y aprobados aisladamente por cada una de las autoridades.

III.A. Liberación comercial de cultivos MG en Colombia: No se realizaron los estudios de bioseguridad necesarios y tampoco consulta previa a los pueblos indígenas.

Actualmente en Colombia se ha aprobado la siembra comercial de ocho variedades de algodón MG y tres variedades de maíz MG. Ninguna de estas autorizaciones se llevó a cabo de acuerdo con el proceso de consulta previa para proyectos que afectan directamente a los pueblos indígenas, exigido por la Constitución Nacional, el Convenio 169 de la OIT y demás marcos jurídicos nacionales.

Adicionalmente, en muchas regiones del país estas organizaciones y comunidades locales y otros sectores de la sociedad, tienen una posición muy crítica sobre los impactos que podría generar los organismos MG en sus territorios y sobre su soberanía alimentaria.

En febrero de 2007 el ICA aprobó las siembras comerciales “controladas” de tres variedades de maíz GM: maíz Bt YieldGard MON 810 (de Monsanto), maíz Roundup Ready (de Monsanto) y maíz Herculex I Bt y tolerante al herbicida glufosinato de amonio (de Dupont). Esta aprobación se realizó sin realizar suficientes estudios de bioseguridad, sin consultar a los pueblos indígenas y sin escuchar las voces de rechazo frente a estos cultivos expresadas por comunidades locales y organizaciones ambientalistas, El argumento del ICA es que mediante un anuncio que apareció durante 60 días en su sitio web, fue suficiente para notificar y consultar a los pueblos indígenas y el público en general.

En 2008 el ICA autorizó las siembras controladas de otros cuatro tipos de maíces GM, propiedad de Monsanto, Dupont, Dow AgroSciences y de Syngenta SA. Igualmente el INVIMA aprobó varios tipos de maíz, arroz, soya, remolacha azucarera y trigo transgénico, para el consumo humano.

III.B. Estudios de bioseguridad incompletos, han generado decisiones sobre zonas de separación insuficientes.

Los estudios realizados por el ICA y las empresas solicitantes que trajeron como consecuencia que se estableciera una zona de separación de 300 metros del maíz MG y los resguardos indígenas, se basaron en pruebas incompletas e insuficientes para proteger la biodiversidad de los pueblos indígenas.

Es evidente que una zona de separación tan corta es ineficaz; teniendo en cuenta que los territorios ancestrales indígenas son a menudo mucho mayores en extensión que los legalmente reconocidos por el Estado, o están fuertemente dispersos en áreas discontinuas, y limitan en muchos casos con grandes extensiones de cultivos agroindustriales o áreas de campesinos, que para el gobierno no tienen restricciones para tener cultivos GM.

ICA no tuvo en cuenta los estudios científicos que han demostrado que en las zonas de alta convección de vientos, el polen del maíz puede viajar muchos kilómetros durante el tiempo que el polen sigue siendo viable (12). Adicionalmente se ha demostrado que cuando aumenta la densidad de maíz GM plantados en un paisaje, la distancia a la que las variedades nativas pueden ser contaminadas también aumenta (13). Igualmente se desconoció estudios que indican la posibilidad de contaminación genética por la vía de polinización por abejas, que pueden viajar hasta diez kilómetros (14).

Tampoco el ICA tuvo en cuenta el concepto técnico emitido por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial (MAVDT), en el marco de las solicitudes de maíces MG que estaba estudiando el CTNBio agrícola, sobre las solicitudes para la liberación comercial presentadas por la Monsanto y Dupont; que evidencia la ligereza y poco rigor científico que se tuvo para tomar decisiones de trascendental importancia para el país. Dicho concepto señaló: Los estudios de bioseguridad realizados no incluyeron una evaluación ambiental integral y completa, que contemple todas las variables biológicas, ecológicas, sociales, económicas, culturales y productivos; los estudios realizados han sido solo de carácter agronómico y biológico. Estas evaluaciones no consideraron análisis de toda la cadena productiva y los diferentes sistemas de producción, tipos de agricultores y grupos sociales y culturales. No existe un inventario nacional sobre maíces criollos actualizado que permita definir e implementar acciones para su protección y conservación del maíz. No se determinó las áreas del país que por la presencia de variedades nativas podrían ser declaradas como zonas libres de maíz transgénico. Finalmente, en el proceso de autorización de los maíces GM, no se tuvo en cuenta lo ordenado por el artículo 23 y 26 del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, relacionado con la información y la participación del público, en el proceso de adopción de decisiones y la incorporación de las consideraciones socioeconómicas.

El Estado no ha establecido las medidas necesarias para asegurar que las semillas y los alimentos que llegan a las comunidades indígenas a través de programas de fomento agrícola y de ayuda alimentaria, no sean transgénicos y contaminen las variedades criollas.

III.C. La liberación comercial de semillas MG: El gobierno no comparte información con los pueblos indígenas, ni tiene en cuenta la posición crítica sobre estas tecnologías.

El gobierno ha excluido y marginado completamente a los pueblos indígenas y a otros sectores sociales del proceso de aprobación de cultivos transgénicos y tampoco la sociedad civil ha tenido acceso a la información de carácter público sobre los resultados de los estudios de bioseguridad y los argumentos técnicos que sustentan estas liberaciones comerciales. Los pueblos indígenas y los campesinos no han tenido información completa, objetiva e independiente sobre las bondades y riesgos que tiene el uso de estas tecnologías, y el gobierno sesgadamente solo presenta y defiende los mismos argumentos que promueven las empresas dueñas de estas tecnologías.

En Abril de 2009, el cacique mayor del pueblo Zenú y el representante legal de la RECAR presentaron un derecho de petición dirigido al ICA para obtener información relativa a la liberación de maíz MG en la región Caribe, sobre los procedimientos realizados para la consulta previa, en el proceso de aprobación de estos cultivos MG y sobre los mecanismos implementados por el ICA para evitar la contaminación de las semillas criollas. La respuesta del gobierno fue incompleta y evasiva a estas preguntas, en aspectos importantes, como:

Al solicitarles información sobre las evaluaciones de bioseguridad realizados sobre los maíces MG y sus efectos sobre la biodiversidad de los maíces criollos, y sobre evaluaciones de impactos socioconómicos; el ICA solo entregó evaluaciones agronómicas de eficiencia de tecnología (Bt y RR) y de flujo de polen hacia algunos híbridos comerciales y no se realizaron sobre las variedades criollas. El ICA respondió que “no se realizaron estudios socioeconómicos en los sistemas productivos indígenas porque las autorizaciones de siembras no cubren estos territorios y son tecnologías que no existe obligación para su adopción, solo depende de los intereses de los agricultores”. Respecto a los procedimientos de evaluación de riesgos y de control que ejerce el ICA para evitar que los maíces MG lleguen a los resguardos indígenas; el ICA respondió que exigen una zona de amortiguación de 300 metros entre el maíz MG y el maíz convencional.

Con base en esta información incompleta, no existe ninguna certeza de que a la fecha no se haya sembrado maíz MG dentro de los territorios indígenas, porque la fuente de contaminación puede llegar por muchas vías. El Estado no ha logrado garantizar que las semillas criollas de los pueblos indígenas no sean contaminadas a través de programas de fomento agrícola y ayuda alimentaria.

IV. Acciones de los pueblos indígenas y la sociedad civil frente a los cultivos GM.

Ante el hecho de que la acción del gobierno es insuficiente para proteger sus derechos, los pueblos indígenas y las organizaciones de la sociedad civil han asumido la responsabilidad de defender sus derechos y poner en entredicho la política gubernamental.

Varias organizaciones indígenas de diferentes regiones del país, como respuesta a los cultivos transgénicos, a la profunda crisis del sector agropecuario y a los fracasos de los modelos basados en la “revolución verde”, están promoviendo e implementando proyectos productivos agroecológicos y de alimentación basados en el manejo de la biodiversidad, la valoración de los saberes y semillas tradicionales. Los agricultores indígenas y campesinos entienden que si ellos permiten que sus semillas se pierdan o que las controlen unas pocas empresas semilleras y se impone la homogenización de la agricultura, estas comunidades perderían el control de sus semillas, de sus sistemas productivos y de su soberanía alimentaria.

Actualmente los pueblos indígenas están construyendo estrategias para enfrentar la problemática sobre los transgénicos, que incluyen acciones como:

· Presión al gobierno para que permita a los pueblos indígenas y a los ciudadanos en general ejerzan el derecho a la participación en los procesos de evaluación y toma de decisiones sobre la liberación de organismos MG. También para que permita el acceso a la información real, completa y objetiva, sobre estas tecnologías y para que las comunidades rurales sean consultadas en la toma de decisiones sobre la aprobación de estos cultivos.

· Recuperación, manejo e intercambio local de las semillas nativas y de los sistemas productivos tradicionales libres de semillas transgénicas.

· Rechazo a los programas agrícolas de fomento y ayuda alimentaria gubernamentales y privados que promuevan o utilicen semillas y alimentos transgénicos.

· Sensibilización y capacitación, promoción del debate público y difusión de información sobre el tema de los transgénicos a la población en general y a las pueblos indígenas.

· Articulación de acciones, mediante campañas y establecimiento de alianzas estratégicas con diferentes sectores de la sociedad, que involucre a las organizaciones de agricultores, de consumidores, medios de comunicación, la comunidad científica y académica y los movimientos y ONG ambientalistas, entre otros.

· Establecimiento y apoyo a las demandas judiciales en contra de la introducción de cultivos MG en Colombia.

IV.1. Los territorios libres de transgénicos

La declaración de Territorios Libres de Transgénicos está basada en el derecho de los pueblos indígenas a ejercer los poderes de gobierno, autonomía y jurisdicción especial para el control territorial, y de tomar decisiones sobre acciones y proyectos que los afecte, en concordancia con los derechos especiales reconocidos por el Convenio 169 de la OIT y también la Constitución y las leyes nacionales vigentes en la materia. En 2005, el resguardo de San Andrés de Sotavento fue el primer territorio indígena declarado libre de transgénicos.

En la región Caribe colombiana, entre los departamentos de Córdoba y Sucre, se encuentra el Resguardo indígena Zenú de San Andrés de Sotavento, constituido por 177 cabildos, ubicados en seis municipios. El pueblo Zenú, posee una amplia diversidad de cultivos que sustentan su soberanía alimentaria y su cultura. Actualmente conservan más de 25 variedades criollas de maíz, es por ello que se consideran “hijos del maíz”.

Una de las mayores preocupaciones que tienen los Zenú, es que sus semillas criollas sean contaminadas por las semillas de maíz y algodón transgénicos sembradas en cultivos agroindustriales cerca de sus territorios. Es por eta razón que en octubre de 2005, se declaró el resguardo indígena de San Andrés de Sotavento territorio libre de transgénicos (TLT). También en diciembre de 2009, las comunidades indígena Embera Chamí de Riosucio Caldas (Resguardo de Cañamomo y Loma Prieta), también declararon su territorio libre de transgénicos. Actualmente otras organizaciones indígenas del Cauca que hacen parte de las organizaciones ACIN y CRIC y, están avanzando hacia la declaración de sus territorios libres de transgénicos.

IV.2. Demandas judiciales contra los maíces MG que han sido aprobados

Teniendo en cuenta la forma irregular como se aprobó la siembra de varios tipos de maíces MG en el país, el Grupo Semillas en mayo de 2007, presentó ante el Consejo de Estado, dos “acciones de nulidad” frente a las autorizaciones del ICA para las siembras de maíz Bt YieldGard de Monsanto y maíz Herculex I de Dupont. La argumentación de la demanda se basa en que las resoluciones del ICA violan el artículo 23 numeral 2 de la Ley 740 de 2002, que ratifica el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, en donde se establece que “todas las decisiones que se adopten con relación con organismos vivos MG deberán ser consultados con el público”. Evidentemente, el ICA no realizó consultas con las comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas, en el proceso de aprobación de estas siembras. En abril y mayo de 2008 el Consejo de Estado admitió estas dos demandas, procesos que actualmente están en curso.

V. La política del Estado colombiano relativa a los OMG viola los derechos de los pueblos indígenas.

Las políticas y las prácticas gubernamentales en materia de introducción de OGM en el país están violado los derechos de los pueblos indígenas a la libre determinación, a la consulta previa y a la participación en las acciones para proteger sus derechos, a la propiedad, a la cultura, a la salud, a la alimentación, y a un medio ambiente sano.

V.1. El derecho a la libre determinación

El derecho a la libre determinación es un derecho colectivo aplicable a los pueblos indígenas, garantizado por el artículo 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) (15). La política del gobierno colombiano relativa a las semillas GM, generará impactos ambientales y socioeconómicos negativos en los territorios indígenas, puesto que violan los derechos de los pueblos indígenas a “establece[r] libremente su condición política y provee[r] asimismo a su desarrollo económico, social y cultural”. Además, afectan la capacidad de los pueblos indígenas de disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, y amenaza a los pueblos de proveer sus propios medios de subsistencia.

V.2. El derecho a la consulta previa

El derecho a la consulta previa está protegido por los artículos 6 y 7 del Convenio 169 de la OIT.

El artículo 6.1(a) del convenio exige que “Al aplicar las disposiciones del presente Convenio, los gobiernos deberán: a) consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente”. En este caso, el Estado colombiano no consultó a los pueblos interesados, ya sea en relación con la expedición del Decreto 4525 y tampoco durante el proceso de aprobación de la liberación de diferentes variedades de semillas transgénicas. Frente a estas liberaciones de cultivos GM, la posición del Estado colombiano es que los pueblos indígenas no serán afectados debido a que estas semillas GM no pueden ser sembradas a una distancia de 300 metros de los resguardos indígenas.

El artículo 6.1(c) requiere que los Estados Partes “establece[n] los medios para el pleno desarrollo de las instituciones e iniciativas de esos pueblos, y en los casos apropiados proporciona[n] los recursos necesarios para este fin”. En este caso, el Estado colombiano no ha establecido en los medios, los procedimientos y los recursos necesarios para reconocer y garantizar la plena implementación los territorios libres de transgénicos por los pueblos indígenas.

El artículo 7.1 dispone que “Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural.

Además, dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles directamente”. En este caso, los pueblos indígenas de Colombia están tratando de controlar el proceso de desarrollo con respecto a la protección de las semillas criollas que son esenciales para su cultura y sus medios de subsistencia.

Sin embargo, este control está en peligro por el hecho de que no se les han incluido en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles directamente.

El artículo 7.3 dispone que “Los gobiernos deberán velar porque, siempre que haya lugar, se efectúen estudios, en cooperación con los pueblos interesados, a fin de evaluar la incidencia social, espiritual y cultural y sobre el medio ambiente que las actividades de desarrollo previstas puedan tener sobre esos pueblos. Los resultados de estos estudios deberán ser considerados como criterios fundamentales para la ejecución de las actividades mencionadas”. En este caso, el gobierno colombiano se ha negado a aceptar el hecho de que la liberación de semillas MG en los ecosistemas en torno a los territorios indígenas afectarán a la situación social, cultural y espiritual de los pueblos indígenas, así como su medio ambiente.

V.3. El derecho de participar en acciones por proteger los derechos a la cultura, bienes y medio ambiente de los pueblos indígenas.

Los artículos 2, 4, 7 y 15 del Convenio 169 en conjunto prevén que los pueblos indígenas deben ser capaces de participar en el proceso de elaboración de políticas y acciones que respeten y protejan sus derechos económicos, sociales y culturales, incluyendo su identidad social y cultural, su medio ambiente y los recursos naturales en sus territorios.

El artículo 2 establece que: “Los gobiernos deberán asumir la responsabilidad de desarrollar, con la participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de su integridad” (16), y que “Esta acción deberá incluir medidas ... b) que promuevan la plena efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales de esos pueblos, respetando su identidad social y cultural, sus costumbres y tradiciones, y sus instituciones” (17). Y el artículo 4.2 dice que -“Tales medidas especiales no deberán ser contrarias a los deseos expresados libremente por los pueblos interesados”. Los deseos claramente expresados por el pueblo Zenú, entre muchos otros pueblos indígenas, son que no quieren que las semillas y alimentos GM entren a sus territorios y consideran que las medidas adoptadas por el Estado son insuficientes para evitar la contaminación genética de sus semillas nativas.

V.4. El Derecho a la Propiedad

El derecho a la propiedad está protegido por el artículo 17 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (18) y el artículo 21 de la CIDH: “Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al interés social”. Las políticas del Estado colombiano amenaza violar el derecho colectivo de los pueblos indígenas a sus semillas criollas, que son parte fundamental de su propiedad cultural. Las medidas positivas adoptadas por el gobierno para proteger los derechos los derechos colectivos e individuales sobre su biodiversidad y conocimiento tradicional asociado son insuficientes; debido a que la limitan a los pueblos indígenas la propiedad y control de sus semillas criollas, puesto que la imposición de sistemas de propiedad intelectual sobre las semillas por parte de las empresas biotecnológicas, afectan el control local de las semillas, y también la contaminación genética de las semillas criollas, generada por las semillas GM, será permanente e irreversible, y no sería reparable incluso por el pago de la indemnización.

V.5. El derecho a la alimentación

El derecho a la alimentación está garantizado por el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, asi como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación”. Y el artículo 11 del Pacto DESC (19), y el artículo 12 del Protocolo de San Salvador (20). Colombia es parte de estos tratados.

“La disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad suficientes para satisfacer las necesidades alimentarias de los individuos, sin sustancias nocivas, y aceptables para una cultura determinada”, está implícito en el contenido básico del derecho a la alimentación (21). La política y las prácticas del Estado colombiano relativas a las semillas MG amenazan con contaminar y afectar las reservas de semillas criollas y la base alimentaria, de los pueblos indígenas con sustancias nocivas para la integridad física y cultural.

V.6. El derecho a la salud

El derecho a la salud está garantizado por el artículo 12 del Pacto DESC: 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. El derecho a la salud también está garantizado por el artículo 10 del Protocolo de San Salvador.

Los estudios científicos han demostrado que las semillas MG y tecnologías asociadas, tales como el uso de glifosato, y otros OGM pueden generar efectos negativos sobre la salud humana. El Estado colombiano ha hecho caso omiso de esta evidencia y también sobre las evidencias que existen sobre los efectos nefastos de la fumigación con glifosato.

Igualmente ha violado el derecho de los pueblos indígenas, y de todos los ciudadanos, a gozar del “más alto nivel posible de salud física” al hacer caso omiso de su deber de adoptar medidas necesarias basadas en la aplicación del Principio de Precaución para proteger el medio ambiente y la salud pública.

V.7. El derecho a un medio ambiente sano

El derecho a un medio ambiente sano está protegido por el artículo 11 del Protocolo de San Salvador, que establece que: 1. Toda persona tiene derecho a vivir en un medio ambiente sano y a contar con servicios públicos básicos. 2. Los Estados partes promoverán la protección, preservación y mejoramiento del Medio ambiente.

El Estado colombiano está violando su obligación de proteger, preservar y mejorar el medio ambiente, y está violando el derecho de sus ciudadanos, incluyendo los pueblos indígenas, a vivir en un medio ambiente sano. Al aprobase las siembras comerciales de cultivos GM, se están creando las condiciones para que la contaminación genética del patrimonio genético de la nación se convierta en un proceso irreversible; además la implementación masiva de estas tecnologías, conlleven al incremento de uso de herbicidas y plaguicidas que afecten el medio ambiente.

VI. Conclusiones y Recomendaciones

Conclusión

La política y la práctica del Estado colombiano relativa a los cultivos y alimentos transgénicos se ha desarrollado y aplicado de manera unilateral, sin la consulta previa o la participación de los pueblos indígenas, cuya cultura y medios de vida pueden ser directamente afectados por estas políticas y prácticas. Esto constituye una violación de los derechos de los pueblos indígenas a la libre determinación, a la previa consulta y a la participación en el desarrollo de medidas para proteger sus derechos a su cultura y sus recursos naturales. Es una violación a los derechos a la vida, ala propiedad, a la cultura, a la alimentación, a la salud, y a un medio ambiente sano.

Esta política se ha basado en estudios científicos incompletos que no han tenido en cuenta la real probabilidad de contaminación de las semillas criollas por las semillas GM, y la probabilidad de afectar negativamente a la salud humana y al medio ambiente. No se han emprendido estudios para examinar los impactos socioeconómicos o culturales de la liberación de semillas MG en los territorios tradicionales indígenas.

Teniendo en cuenta estas violaciones de los derechos colectivos e individuales de los pueblos indígenas, respetuosamente solicitamos al comité de derechos económicos, sociales y culturales para los Derechos Fundamentales de los Pueblos Indígenas, considerar las siguientes recomendaciones para el Estado colombiano:

Recomendaciones para el Estado colombiano

1. Reconocer las pruebas científicas relativas a la amenaza de contaminación de las reservas de semillas criollas y los efectos negativos sobre la salud humana y el medio ambiente, y establecer una “moratoria total” sobre las nuevas siembras de semillas MG, hasta tanto existan pruebas científicas de su completa seguridad e inocuidad.

2. Entregar al público en general información completa y veraz sobre los cultivos MG que se pretende liberar; especialmente debe realizar el proceso de consulta previa a los pueblos indígenas, como lo exigen las normas internacionales y nacionales vigentes.

3. Conducir estudios científicos, socioeconómicos y culturales para evaluar plenamente los riesgos e impactos generados por la liberación de semillas MG que puedan afectar los derechos de todos los colombianos, y especialmente a los pueblos indígenas y afrocolombianos. Evaluar los resultados de estos estudios y tomar decisiones a la luz del Principio de Precaución, como exige el derecho internacional y las leyes colombianas; además permitir el acceso y difundir todos los resultados a todos los ciudadanos.

4. Derogar el Decreto 4525 que reglamenta el Protocolo de Cartagena y sustituirlo por una norma de bioseguridad que considere los aspectos ambientales, socioeconómicos y la salud de forma integral y con rigor científico, y que considere el proceso de consulta previa con los pueblos indígenas, quienes serán los directamente afectados.

5. Revocar todas las autorizaciones expedidas para la introducción y liberación comercial de cultivos y alimentos MG en todo el territorio Nacional, y adoptar todas las medidas positivas necesarias para proteger los derechos a la participación de todos los colombianos y especialmente de los pueblos indígenas en la toma de decisiones frente a la introducción de organismos modificados genéticamente.

6. Reconocer por parte de las entidades del Estado y en la normatividad vigente el derecho que tienen los pueblos indígenas a declarar sus territorios libre de transgénicos y apoyar estas iniciativas ciudadanas, mediante el seguimiento y aplicación de esta decisión. www.ecoportal.net

Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN)
Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC)
Cacique Mayor del Resguardo de San Andrés de Sotavento
Corporación Grupo Semillas - Bogotá, Colombia - www.semillas.org.co
Mayo 3 de 2010

Nota:

El 3 de mayo de 2010 se realizó la reunión de Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales de los pueblos indígenas, de las Naciones Unidas, en Ginebra. En el marco del Informe paralelo que presentaron las ONG Colombianas al V informe estatal de la República de Colombia sobre la realización del Derechos humanos sociales en el país, el Grupo Semillas presentó un informe sobre “La situación de los transgénicos y los derechos humanos en pueblos indígenas de Colombia”. Consideramos que este documento elaborado por la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), el Resguardo de San Andrés de Sotavento y el Grupo Semillas, es un importante aporte al debate público sobre la situación de los cultivos transgénicos en Colombia. En este articulo se presenta la version resumida de este informe en español.

Referencias:

(1) Documento original: Cultivos contaminados, culturas amenazadas. la situación de los transgénicos y los derechos humanos en pueblos indígenas de Colombia. Un informe al Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos y libertades fundamentales de los pueblos indígenas. Presentado por: - Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), -Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), - Cacique Mayor del Resguardo de San Andrés de Sotavento, - Red Agroecológica del Caribe (RECAR), - Corporación Grupo Semillas, La María, Cauca , Julio 17 de 2009.

(2) Véase Ley 99 de 1993. Véase también la Decisión 391 del Acuerdo de Cartagena, artículo 13, y Ley 740 de 2002, que ratifica el Protocolo de Cartagena sobre bioseguridad de la Convención sobre la Diversidad Biológica.

(3) Véase “Bee behaviour helps us understand transgene escape”, Science for Environment Policy: European Commission DG Environment News Alert Service, editado por SCU, The University of the West of England, Bristol, special edition 10 (dic. de 2008).
(4) Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte, “El Maíz y la Biodiversidad: Efectos del Maíz
MG en México”, Informe del Secretariado (2004), http://www.cec.org/pubs_docs/documents/index.cfm?varlan=espanol&ID=1647

(5) Amigos de la Tierra, “¿Quién se beneficia con los cultivos transgénicos? El uso creciente de plaguicidas - Resumen Ejecutivo” (ene. de 2008).

(6) Baumgarte, S. & Tebbe, C.C. 2005. “Field studies on the environmental fate of the Cry1Ab Bt-toxin produced by transgenic maize (MON810) and its effect on bacterial communities in the maize rhizosphere”. Molecular Ecology 14: 2539–2551.

(7) Andow, D.A. and A. Hilbeck. 2004. “Science-based risk assessment for non-target effects of transgenic crops”. Bioscience 54: 637-649; Obrist, L.B., Dutton, A., Romeis, J. & Bigler, F. 2006. “Biological activity of Cry1Ab toxin expressed by Bt maize following ingestion by herbivorous arthropods and exposure of the predator Chrysoperla carnea”. BioControl 51: 31-48;
(8) Ramirez-Romero, R., Desneux, N., Decourtye, A. Chaffiol, A., Pham-Delègue, M.H. 2008. “Does Cry1Ab protein affect learning performances of the honey bee Apis mellifera L. (Hymenoptera, Apidae)?” Ecotoxicology and Environmental Safety 70: 327-333.

(9) Andow, D.A. 2001. “Resisting resistance to Bt corn. In: Genetically engineered organisms: assessing environmental and human health effects”. Letourneau, D.K. and B.E. Burrows [eds.] Boca Raton, FL: CRC Press.

(10) Baucom, R.S. & Mauricio, R. 2004. “Fitness costs and benefits of novel herbicide tolerance in a noxious weed”. Proceedings of the National Academy 101: 13386–13390; van Gessel, M.J. (2001) “Glyphosate-resistant horseweed from Delaware”. Weed Science, 49: 703-705.
(11) Vitta, J.I., Tuesca, D. & Puricelli, E. 2004. “Widespread use of glyphosate tolerant soybean and weed community richness in Argentina”. Agriculture, Ecosystems and Environment, 103: 621-624.

(12) Véase Boehm, M, Aylor, D.E. and Shields, E.J., “Maize Pollen Dispersal under Convective Conditions” J. Applied Meteorology & Climatology, 47.1 (ene. de 2008) 291-307, 291.

(13) Lavigne, C., Klein, E.K., Mari, J-F. et al. (2008). “How do genetically modified (GM) crops contribute to background levels of GM pollen in an agricultural landscape?” Journal of Applied Ecology. 45: 1104-1113; “The Bigger Picture: GM contamination across the landscape”, Science for Environment Policy: European Commission DG Environment News Alert Service, editado por SCU, The University of the West of England, Bristol.

(14) Pasquet, R. S., Peltier, A., Hufford, M.B. et al. (2008). “Long-distance pollen flow assessment through evaluation of pollinator foraging range suggests transgene escape distances”. Proceedings of the National Academy of Sciences. 105(36): 13456-13461; “Bee behaviour helps us understand transgene escape”, Science for Environment Policy: European Commission DG Environment News Alert Service, editado por SCU, The U. of the West of England, Bristol.

(15) PIDCP art. 1: 1. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su
condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural. 2. Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios
medios de subsistencia.
(16) Convenio 169, art. 2.1.

(17) Convenio 169, art. 2.2(b).

(18) DUDH art. 17: 1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. 2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.
(19) Pacto DESC art. 11: 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de
vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de
las condiciones de existencia…. 2. Los Estados Partes en el presente Pacto, reconociendo el derecho fundamental de
toda persona a estar protegida contra el hambre, adoptarán, individualmente y mediante la cooperación internacional, las medidas, incluidos los programas concretos, que se necesitan para: a) Mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos …; b) Asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en relación con las necesidades….
(20) Protocolo de San Salvador, art. 12: Toda persona tiene derecho a una nutrición adecuada que le asegure la
posibilidad de gozar del más alto nivel de desarrollo físico, emocional e intelectual.
(21) Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General 12: El derecho a una alimentación
adecuada (artículo 11): E/C.12/1999/5.

Un Paso Hacia Hacia La Ecoeducación

La educación ambiental, un paso hacia el futuro

 

17-06-10 Por Cristian Frers

La educación ambiental es un proceso pedagógico que busca despertar en la población una conciencia que le permita identificarse con la problemática ambiental. Busca identificar las relaciones de interacción e independencia que se dan entre el entorno y el hombre y promueve una relación armónica entre el medio natural y las actividades antropogénicas a través del desarrollo sostenible, con el fin de garantizar el sostenimiento y calidad de las generaciones actuales y futuras.

"Una persona inteligente resuelve los problemas, una sabia los evita” – Albert Einstein

Desde tiempos remotos la tierra ha representado fuente de vida para el hombre, proveyéndolo de todo cuanto ha necesitado para subsistir. De esta manera el hombre ha explotado, y continúa haciéndolo, los recursos que le brinda la naturaleza, sin embargo en las tres últimas décadas se ha hecho evidente la explotación indiscriminada e inconsciente de los recursos naturales renovables y no renovables.

En la actualidad, ya casi nadie niega la importancia de la cuestión ambiental y que su presencia en las discusiones políticas y económicas del mundo es cada vez más fuerte. La problemática ambiental hoy alcanza casi todos los sectores de la vida de un país.

Más allá de la educación tradicional, es decir, del simple hecho de impartir un conocimiento, la educación ambiental es un proceso pedagógico dinámico y participativo, que busca despertar en la población una conciencia que le permita identificarse con la problemática ambiental tanto a nivel general, como a nivel específico; busca identificar las relaciones de interacción e independencia que se dan entre el entorno y el hombre, así como también se preocupa por promover una relación armónica entre el medio natural y las actividades antropogénicas a través del desarrollo sostenible, todo esto con el fin de garantizar el sostenimiento y calidad de las generaciones actuales y futuras.

Este proceso se debe basar en “aprender a aprender”, que incluyen experiencias donde el juego, la acción y el contacto directo con el medio, son los pilares fundamentales. Permite que los niños se introduzcan en el proceso de bioalfabetización. Desde edades tempranas debe inculcarse al niño las primeras ideas sobre la conservación de la flora, la fauna y los demás componentes del ambiente. El maestro debe realizar su trabajo de manera que forme en los estudiantes, respeto, amor e interés por la conservación de todos los elementos que conforman el medio ambiente. En la escuela y en el hogar debe forjarse esta conciencia conservacionista del hombre del mañana.

El niño crece y se desarrolla bajo la influencia de un complejo proceso docente-educativo, en el que la escuela cumple un encargo social que tiene el objetivo de que el futuro ciudadano reciba enseñanza y educación, y se integre a la sociedad en que vive de una manera armónica, formado política e ideológicamente en correspondencia con los principios de nuestra sociedad. En este sentido hay que educar al niño para que ocupe plenamente el lugar que le corresponde en la naturaleza, como elemento componente de esta. Él debe comprender que es parte integrante del sistema ecológico y que, como tal, tiene deberes que cumplir.

Además se debe ofrece educación y capacitación para adolescentes y adultos. El programa tiene que incluir talleres para niños, talleres para docentes, cursos cortos, seminarios, simposios nacionales e internacionales y charlas.

Este proceso es dirigido a la comunidad en general y se esquematiza como una orientación de temas ligados a los procesos de desarrollo que tiendan a corto, mediano y largo plazo a establecer herramientas que prevengan el deterioro natural de los recursos naturales e integren cambios de sensibilización en las formas de conducta, siempre hacia ambiente a la consecución de la sustentabilidad.

La educación ambiental, más que limitarse a un aspecto concreto del proceso educativo, debe convertirse en una base privilegiada para elaborar un nuevo estilo de vida. Ha de ser una práctica educativa abierta a la vida social para que los miembros de la sociedad participen, según sus posibilidades, en la tarea compleja y solidaria de mejorar las relaciones entre la humanidad y su medio.

Lo ambiental es, al mismo tiempo, un espacio donde confluyen lo social y lo natural y por lo tanto, un espacio en donde conviven las distintas disciplinas del conocimiento para comprender las determinaciones biunívocas entre lo natural y lo social. Este mecanismo pedagógico además infunde la interacción que existe dentro de los ecosistemas. Los procesos y factores físicos, químicos así mismo biológicos, como éstos reaccionan, se relacionan e intervienen entre sí dentro del medio ambiente, es otro de los tópicos que difunde la educación ambiental, todo esto con el fin de entender nuestro entorno y formar una cultura conservacionista donde el hombre aplique en todos sus procesos productivos técnicas limpias, dándole solución a los problemas ambientales y permitiendo de esta forma el desarrollo sostenible.

El objetivo de la educación ambiental es lograr que tanto los individuos como las comunidades comprendan la complejidad del ambiente natural y el creado por el hombre, resultado este último de la interacción de los factores biológicos, físico-químicos, sociales, económicos y culturales, para que adquieran los conocimientos, valores, actitudes y habilidades; prácticas que les permitan participar de manera responsable y efectiva en la previsión y resolución de los problemas ambientales.

Otro Objetivo es el de mostrar claramente la interdependencia económica, política y ecológica del mundo moderno, debido a la cual las decisiones y las acciones de diferentes países pueden tener repercusiones internacionales.

Desde esta perspectiva, la educación ambiental contribuirá a desarrollar el sentido de responsabilidad y solidaridad entre países y regiones, como base de un nuevo orden internacional, para garantizar la conservación y el mejoramiento del ambiente.

Podemos afirmar entonces que educación ambiental pretende lograr este cambio de enfoque, desempeñando un papel esencial en la comprensión y análisis de los problemas socioeconómicos, despertando consciencia y fomentando la elaboración de comportamientos positivos de conducta con respecto a su relación con el medio ambiente, poniendo de manifiesto la continuidad permanente que vincula los actos del presente a las consecuencias del futuro.

La educación ambiental en la Argentina está poco más que en pañales, pese a los esfuerzos y los planes oficiales que se están tratando de implementar, tanto en el Ministerio de Educación de la Nación como en los organismos equivalentes de las provincias, debido a: La falta de conexión entre las medidas individuales que se implementan y la problemática social, el carácter temporal de las acciones propuestas (no conducen a la formación de hábitos), no se permite desarrollar la creatividad de los sujetos, ya que no hay continuidad entre el contenido que se transmite y las concepciones y representaciones de los sujetos y para finalizar, la falta de la información sobre los problemas locales en conjunción con la problemática nacional. La asistencia oficial es escasa o prácticamente nula. Esto se debe, principalmente, a la precaria importancia que frecuentemente se da a la educación, tanto desde el estado como otros sectores de la sociedad, se traduce como una contracción del sistema educativo público, como efecto de un presupuesto bajo y la ausencia de un debate acerca de la calidad y beneficios de la educación impartida.

La mayoría de los problemas de conservación siguen siendo los mismos que a fines de la década del 60 y principios del 70: la contaminación, la deforestación, la desaparición de especies. Estos problemas no sólo continúan sino que se han agravado. Este hecho contrasta con la creciente preocupación del público, que peticiona por una mayor regulación por parte de los gobiernos, que presiona para promulgar nuevas leyes y que ha motivado la creación de organismos específicos que atiendan estas cuestiones. Si gran parte de estos problemas son antiguos, entonces se puede inferir que los éxitos de la educación tradicional en materia ambiental deben ser muy pocos.

La educación con un enfoque ambiental, permitirá abrir nuevas perspectivas de trabajo en ámbitos como la protección del patrimonio, crear una conciencia social sobre los problemas del deterioro del ambiente, tanto en bienes culturales como naturales, así como la generación de nuevos conocimientos, nuevas técnicas y nuevas orientaciones en la formación profesional.

El conocimiento de los problemas ambientales, puede, bajo principios orientados a ayudar a comprender un poco más lo complejo de la realidad que vivimos. Esto no significa que los contenidos por si solos conduzcan a un cambio de actitudes.

La educación ambiental debe ir más allá de la simple transmisión de conceptos que favorezcan la actitud pasiva del estudiante. Exige la capacidad para analizar y proponer soluciones a los problemas. Éstas pueden alcanzarse mediante el cuestionamiento de ideas, la formulación de nuevas hipótesis, además de la integración y práctica de valores. www.ecoportal.net

Cristian Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social – Argentina